El sentido abstracto de las obras de Arte auténticas es lo que les ha permitido sobrevivir a la guillotina del tiempo.
El teatro griego sigue vigente pues pone en el escenario situaciones a las que nos vemos enfrentados a lo largo de nuestras vidas ya sean drama, tragedia o comedia.
Cuando el artista pretende comunicar su biografía a través de su obra, pierde de vista el sentido abstracto que esta ha de contener y la condena a desaparecer.
Pero me dirán: la música de Beethoven, los cuadros de Velázquez o el Bosco, las esculturas de Miguel Ángel, las películas de Chaplin o de Walt Disney, los libros de Platón… están ligados a sus autores. Yo digo que sí, están íntimamente ligadas a ellos, pero no nos hablan de sus vidas privadas. Si un día olvidáramos los nombres de estos autores, sus obras no desaparecerían y probablemente seguirían elevadas como cumbres del arte, pues están llenas de Arte no de ego.
La Fuente de la Gracia
AnónimoAnónimo Anónimo
Igual pasaría con la obra de Cervantes, Shakespeare o Da ponte. Ni Cervantes estaba loco como Don Quijote, ni Shakespeare fue víctima de una manipulación semejante a la de Otelo. Tampoco Lorenzo Da Ponte estaba ventilando su vida personal en los libretos de óperas de Mozart.
Estos autores hablaron en sus obras de la condición humana, pero no estaban escribiendo su autobiografía en ellas. Si un día olvidamos sus nombres, sus creaciones seguirán vivas, pues la locura, el engaño, los conflictos, los ideales, forman parte de la condición humana y es poco probable que desaparezcan.
Una de las razones por las que casi todas las publicaciones en los muros de las redes sociales mueren al instante es porque son autobiográficas. La gran mayoría de lo que se publica en redes sociales habla de puntos de vista individuales y no de cuestiones que nos incumben a todos.




