“Quiero encontrar una forma materialista de explicarlo,
para no recurrir a fuentes esotéricas o espirituales”
Amanecí pensando que no hay razón sin amor, pues la razón es la capacidad que tenemos para relacionar ideas, conceptos, o lo que sea, y llegar a una comprensión, es decir, llegar al conocimiento, a tener conciencia, a vivir “con-ciencia”. Y el amor es un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa. La razón o la ciencia implican amor por el conocimiento.
El significado que se le da a la palabra amor es muy amplio. Mikhail Naimy (1889-1988) escribió:
“el amor es la savia de la vida (…); no es amor el que subyuga al amante (…); no es amor el que amor que se alimenta de carne (…); si el amor os hace sufrir es por que todavía no habéis encontrado vuestro propio ser, ni habéis hallado todavía la llave de oro del amor (…); dejad que todos los hombres y todas las mujeres ensalcen las carnes y los huesos, que se apegan a otras carnes y otros huesos, pero jamás deis a eso el sagrado nombre de amor. Sería una blasfemia.”
Mikhail Naimy
Ahora bien, en la búsqueda de una verdad es absolutamente necesario comprender los concceptos a profundidad y no quedarse en el significado superficial, popular y limitado que se le da a las palabras.
El significado de amor no se reduce a pálpitos del corazón con intenciones sexuales. No debemos reducir “amor” a dar flores y chocolates; a deshojar margaritas; a llegar a la enfermedad mental por la incapacidad de dominar las emociones; a perder el sentido de la realidad hasta llegar al suicidio como le pasó a Romeo y a Julieta.
Esas interpretaciones de amor son como la primera capa de la cebolla, que suele terminar en la la basura. Asumir que amor es eso, es equivalente a asumir que los libros de autoayuda, sin quitarles méritos, son filosofía (que en cierto sentido lo son). Igual pasa con otros conoceptos como “espiritualidad”, “divinidad”, “alma”, “religión”, “arte”,”música”.
La palabra es la cubierta del libro y el concepto es el contenido. La demostración científica de cómo opera químicamente, mecánicamente o matemáticamente alguna cosa, arroja luz sobre cómo funcionan las cosas, pero no da respuesta a por qué o para qué ese funcionamiento.
Como todo lo vemos a través de nuestros ojos y le damos significado de acuerdo a nuestras propias experiencias, solemos utilizar el juicio que ya tenemos formado, el pre-juicio, para buscar respuestas que se adapten a nuestros puntos de vista, buscamos respuestas apoyados en pre-juicios. Por esa razón muchas veces dos, tres, o más interlocutores nunca llegan a una conclusión que satisfaga a todos. Pues cada uno busca comprender de acuerdo a lo que ya conoce. De acuerdo a lo que le dicta su sentido común. Y el sentido común es lo que mejor repartido está, pues nadie quiere más del que ya tiene (Descartes).
Existe una corriente de pensamiento que busca el diálogo entre culturas. Esta corriente afirma que el mismo fondo va tomando formas diferentes a lo largo de la historia. Mismo contenido, diferente empaque. Mismo perro pero con distinta correa. Raimon Panikar, por poner un ejemplo, afirma que cronológicamente judaísmo, cristianismo, islamismo y marxismo en el fondo son lo mismo: una religión. (Minuto 23:17)
En ese sentido el marxismo es una “religión”. Ahora bien, se puede debatir sobre religión quedándose sólo en la palabra, o se puede ir más allá y debatir sobre el concepto de religión. Si un interlocutor argumenta desde los prejuicios, quedándose sólo con las interpretaciones supersticiosas que suelen teñir la palabra religión; y otro argumenta desde el contenido del concepto de religión, la conversación llega hasta un punto y no avanza, ya que el uno se aferra a la palabra y el significado que él le da y el otro además de aceptar los diferentes significados de la palabra, va más allá y se hunde en el concepto anhelando encontrar conocimiento.
Amor, odio, divino, demoniaco, emoción, religión, alma, vida, oración, teísmo, ateísmo, dios, diablo, etc., son unos pozos profundos con una polea y un balde, se puede reflexionar sobre el balde que saca el agua (la palabra) y sobre el pozo y el agua (el concepto).
Se puede afirmar que el balde baja gracias a un mecanismo que tiene una polea y que a cierta profundidad el recipiente al entrar en contacto con el agua se llena, después al envolver la polea el mecanismo sube el balde lleno de agua, esa es una explicación llena de verdad que nadie puede cuestionar. Fin del misterio.
O se puede “profundizar” en la cuestión y preguntarse acerca de la importancia del pozo, por qué y para qué fue construido. De dónde viene el agua que está en el fondo, etc. Comprender que el balde baja con la polea, recoge agua y sube lleno tiene mucho valor y es muy importante, pero no arroja luz sobre la utilización que se le va a dar al agua.
Al preguntarnos seriamente acerca de cualquier cosa, sería conveniente aclarar el significado de la “palabra” primero que todo, diccionario en mano, sin prejuicios; y acto seguido, abordar el contenido del concepto, sin prejuicios. Sólo así se puede llegar, o no, a una conclusión.
Pero si antes de empezar la indagación ya se tiene una predisposición a encontrar una respuesta que se adapte a lo que queremos encontrar, la conclusión a la que lleguemos se adaptará a lo que ya esperábamos encontrar y eso no tiene mucho sentido, pues de antemano ya se conoce la respuesta, eso sería comprobar una suposición, más no descubrir algo oculto.
Aristarco de Samos y Copérnico estaban llenos de amor por el conocimiento y gracias a la pureza de ese amor descubrieron que la tierra gira alrededor del sol y no al revés. El amor, el odio, la felicidad, la tristeza, el orgullo o la ira, son el resultado de reacciones químicas, es cierto, pero esa explicación es tan satisfactoria para dar significado a las emociones, como la del mecanismo que baja el balde comparada con el significado del pozo.
Escribí esto motivado por algo que me dijo un amigo en estos días:
“El amor es uno de los mecanismos que se incorporaron para hacer que el sexo se practicará más. El amor a los hijos, a los animales, o a un familiar, tiene que ver con otras necesidades fundamentales como la conservación(…) Quiero encontrar una forma materialista de explicarlo, para no recurrir a fuentes esotéricas o espirituales”.
Invito al lector a buscar el significado de las palabras amor, esotérico y espiritual. Arroje el balde al pozo; acto seguido indague con la actitud de Aristarco y Copérnico en su significado, saque agua del pozo. Y por último utilice el agua para lo que necesite: calmar la sed, bañarse, lavar la ropa, regar las plantas, analizarla químicamente o devolverla al pozo.
Saludos