El primer eslabón importante de la cadena de la evolución del teatro musical estadounidense fueron los Minstrels, que se gestaron en la década de 1840, la misma época que vio nacer el saxofón en Europa…
El distrito teatral de Broadway es una atracción turística popular en la ciudad de Nueva York, 40 grandes teatros profesionales que venden millones de entradas año tras año, uno de los negocios más rentables de la industria del espectáculo, como dice el título de una de las canciones más conocidas en Broadway:
“There’s No Business Like Show Business”
(“No hay negocio como el negocio del espectáculo”)
Un musical de Broadway es una obra de teatro que empieza con música, continúa con música y termina con música. Imagina que estás en uno de esos 40 teatros, toma asiento y lee esta breve publicación escuchando “There’s No Business Like Show Business”:
Igual que las personas tienen padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc., el repertorio de jazz también tiene unos antepasados. Las revoluciones en la música tienen una estructura, igual que las de la filosofía o de las revoluciones científicas.
Gran número de canciones que son utilizadas como repertorio de jazz, como standards, proceden directamente de los musicales de Broadway, los amantes del jazz enriquecen su cultura musical si conocen un poco de la historia de los musicales de Broadway.
Yo no soy historiador, pero me gusta leer sobre la historia de los temas que despiertan mi interés. Para cada cosa hay expertos ¿Por qué no subirse en hombros de un experto para ver lo que no vemos? He encontrado información muy valiosa acerca del teatro musical en el libro Teatro Musical de Pablo Gorlero, está escrito en español (recordemos que el inglés es el idioma de Broadway y de los creadores del jazz).

Disfruté y aprendí mucho con su lectura. Es una fuente valiosas de información. Quiero compartir brevemente algunos datos de interés. En el Campus Virtual comparto mis puntos de vista de manera más detallada en el curso de repertorio e improvisación:
Entremos en materia.
El Musical
El musical nace en su forma embrionaria en Francia e Inglaterra con las óperas cómicas, y en formato de gran espectáculo con las operetas vienesas y francesas. Se acostumbraba llamar ópera a cualquier obra con música.
Los primeros musicales estadounidenses empezaron a aparecer hacia 1790, escritos por compositores en su mayoría inmigrantes europeos, como Victor Pelissier (1755-1820) quien compuso Edwin y Angelina, 1791; James Hewitt (1770-1827) con Tammanay (1794 ) y Benjamin Carr (1768-1881) con The Archers, (1786-1831).
Entre 1787 y 1792, se presentaron en Estados Unidos entre 50 y 60 “musicales”, destaca The Prince of Parthia (1767), algunos autores dicen que fue la primera gran producción escrita por un Norte Americano: Thomas Godfray (1736–1763). La ópera cómica The Archers (1796) es considerada por otros el primer musical, sus autores: William Dunlap (1766 1839) y Benjamin Carr (1760-1831). Entre 1793 y 1800 se estrenaron 120 obras musicales.
Los primeros teatros aparecieron en Manhattan`s Park Row en la década de 1810. El entretenimiento musical popular se hacía en barrios donde se ofrecían espectáculos que combinaban el minstresly, el góspel, el blues, las canciones alemanas, las baladas irlandesas, temas sentimentales, tradicionales, yiddish, klezmer y ópera.
Con The Black Crook (1866) en el Niblo Garden, esquina de Brodway y Prince, el musical ganó buena reputación.

En 1893 no había teatros en la calle 42, en 1901 las salas germinaron. The New York Times mudó allí sus oficinas y creo el famoso Times Square, corazón del distrito teatral; después llegó el tren subterráneo y Broadway confirmó su estatus de capital estadounidense del espectáculo. El Show Business (negocio del espectáculo) se convertía en negocio millonario y el área en el hogar de un creciente número de editores musicales, agentes literarios, agencias de relaciones públicas y publicitarias.
Formas primitivas del teatro musical
El variety fue una de las formas más primitivas del teatro musical en Estados Unidos; era un antecesor del vaudeville; se desarrollaba en pequeños salones y café conciertos.
El primer eslabón importante de la cadena de la evolución del teatro musical estadounidense fueron los Minstrels, que se gestaron en la década de 1840, la misma década que vio nacer el saxofón en Europa. Los Minstrels o blackface entertainment reflejaban mundos inexistentes y estereotipados, se puede afirmar que fue la primera forma de espectáculo musical elaborado en E.U, de el nacieron el vaudeville, el burlesque y la revista. Tenía elementos de la tragedia griega, la juglaría y la commedia dell`Arte italiana, así como el concepto de show de los actuales musicales de Broadway.
El concepto (o idea de genero) de minstrel se originó en 1843 con Dan Emmett (1815-1904) y The Virginia Minstrels, debutaron en el teatro Bowery de N.Y. Los patrones y prácticas maduras los establecieron los Christy MInstrels.
Edwin Christy (1815-1862) fue el showman mas exitoso del minstrel de aquellos tiempos, creó nuevas canciones e instituyó el formato de tres actos.
La danza minstrel logró su mayor expresión en el Cakewalk y el Walk Around, esta última fue la primera expresión de lo que luego se convirtió en el gran número musical. Hablaré sobre la danza en otras publicaciones.
Aunque el minstrel continuó manifestándose en el siglo XX, alrededor de 1870 perdió energía.
Al Jolson (1886-1950) trascendió al género y lo inmortalizo en la película El Cantor de Jazz.
En estas formas primitivas del teatro musical el público iba sobretodo por escuchar las canciones que enriquecieron el cancionero popular estadounidense. Eran canciones cortas y repetitivas, con poco potencial para una profundidad expresiva, una amplitud dramática o una función teatral. Canciones pegadizas, que continúan sonando y contagiando al público como un virus. Una de ellas es la conocida “Oh Susanna” del compositor Stephen Foster (1826-1864). Aquí hay diferentes versiones obtenidas en youtube:








Los minstrel show originaron la idea capitalista del show business que domina Broadway desde sus inicios, el número de representaciones de un musical en la “gran vía blanca” es directamente proporcional a la venta de entradas y la facturación puede llegar a ser multimillonaria.
En el año 2004 los musicales El fantasma de la ópera, Los miserables, Cats y Miss Saigón, recaudaron un total de 8000 millones de dólares, mucho mas que las películas La guerra de las galaxias, Los cazadores del arca perdida, Jurassic Park y Titánic juntas
(Gorlero 2011:250).
Esta característica del teatro Musical de Broadway estaba presente en la mente de Irving Berlín (1888-1989), considerado el padre de la canción estadounidense. Berlín compuso el musical Annie Get Your Gun (1946), del cual surgió el “hit”: There’s No Business Like Show Business:
Este éxito está incluido en la película Luces de Candilejas, cantada por Ethel Merman (1908-1984) en 1954: Luces de Candilejas es básicamente un compendio de temas escritos por Berlin.
There’s No Business… cuenta con versiones clásicas como la del Crooner Frank Sinatra (1915-1988), mas actuales como la de Harry Connick Jr (1967…). Ha sido llevada al cine en varias ocasiones una de ellas, que a mi me encanta, es protagonizada por Marylin Monrow (1926-1962).







Uno de los principios fundamentales del teatro musical de Broadway es que cuando las palabras no son lo suficientemente fuertes para un personaje, se transforman en canción y, cuando ambas cosas no alcanzan, estalla la danza (Gorlero, 2011).
El tratamiento de la música en los musicales de Broadway varía según la época y el compositor. Pero en general se puede apreciar que los momentos musicales son los acentos y los puntos dominantes de cada obra, la emoción y los estados de ánimo se exteriorizan como música, siempre y cuando el paso de y hacia el texto no resulte forzado. Cuando el número musical está representado con fuerza, conduce al espectador a estados emotivos. Hay escenas en que la emoción que encarna el personaje (o los personajes) envuelve la sala en una atmósfera que estremece.
Detrás de cada musical hay un equipo de personas que trabajan en conjunto y que según la época unos u otros han dominado el espectáculo. En la primera década del siglo XX dominaron los productores; en los años veinte y treinta el dominio fue de los compositores; en los cuarenta de las estrellas y, luego de los autores como Rodgers y Hammerstein; los años sesenta fueron de los coreógrafos directores…
Fueron los años veinte los que vivieron la gestación de la comedia musical, pero los treinta y cuarenta fueron testigos del desarrollo de sus mayores expresiones. Compositores como Berlin, Jerome Kern, Los Gershwin, Richard Rodgers y Cole Porter hacían parte del grupo de compositores que nutrieron el musical las primeras décadas del XX y de forma colateral el repertorio de jazz. El lugar donde se reunían era llamado Tin Pan Aley estaba situado en West Street entre Broadway y la Sexta Avenida en la zona baja de Manhattan. Después de la gran depresión, los años 30, las industrias radiofónica y fonográfica acabaron con la industria de publicación de partituras que hasta ese momento era la lider del mercado, como consecuencia de esto el Tin Pan Aley desapareció.
Para finalizar quiero compartir mi experiencia en teatro musical. He trabajado con la empresa Stage Entertainment en el montaje de dos musicales de Broadway en España: Cabaret, tocando saxofón y clarinete y en La Bella y la Bestia tocando clarinete y flauta. El creador de la música de La Bella y la Bestia es Alan Menken compositor y pianista estadounidense. Conocido sobre todo por haber compuesto la música de numerosas películas producidas por Walt Disney Animation Studios como La sirenita, Pocahontas, La bella y la bestia y Aladdín. También ha compuesto la banda sonora de otras películas de Disney como El jorobado de Notre Dame y más. Menken ha ganado un total de ocho Óscars.
Fue muy inspirador conocer desde dentro como funciona el montaje de un musical de Broadway. Esta experiencia influenció profundamente en mi concepción de la música. Desde entonces me preocupo por conocer el origen y la función que tuvo cada canción que aprendo, de cualquier estilo, ya sea música colombiana, jazz, salsa, canciones infantiles o música clásica etc. Cada canción tiene una historia, entre más información se tenga de ella la interpretación es más completa y el impacto que tiene en el público es más profundo.
Es responsabilidad de un intérprete estar bien documentado.
Cada vez que me contratan para tocar en cualquier sitio, me gusta indagar con el cliente el tipo de escenario, público, celebración, horario, todo la información que pueda reunir, para darle un contenido estético a lo que voy a tocar. Una vez tengo la información elaboro un guión para que la música sea coherente con las necesidades del “espectáculo”, cuando toco Oh Susana en mi cabeza se desarrolla un gran musical, aunque el público no tenga ni idea de lo que eso está pasando.
Tengo un proyecto que agrupa varias propuestas musicales inspirado en el espíritu del Tin Pan Aley, mi proyecto se llama Tin Pan Clan. He contado con la colaboración de artistas a por los que siento un gran respeto y admiración: Charlie, Sam, Annalisa, Sandy, Rod, Mikha, Miguel, Germán, Enric, Iris, María, Maddi, y otras personas especiales.
@TinPanClan, #TinPanClan presenta: “Vodevil Universal”
Para conocer más acerca de las influencias del teatro musical en el repertorio de jazz suscríbete al Campus Virtual. Allí ofrezco mi visión desde el saxofón.
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