“Pensaron que era bueno, pero yo solo tocaba como la gente tocaba entonces”.
A principios del siglo XX el saxofón se había difundido tanto en Europa como en Estados Unidos. Lo que entendemos hoy por saxofonista clásico y saxofonista de jazz no existía.
En los primeros años de 1900 el profesor de composición y armonía, Gustave Bunke, contribuyó a la difusión del saxofón en Alemania, estableciendo una escuela de la que surgieron, entre otros, Sigurd Raschèr (1907-2001) e Ingrid Larsen (ver video minuto 9). Mule apenas vivía su infancia en Francia mientras la enseñanza del saxofón dentro de la academia llevaba décadas echando raíces.
Marcel Mule (1901-2001) no sería contratado como profesor de saxofón en el Conservatorio de Música de Paris hasta 1942. Él junto a Raschèr y otros se convertirían en puntos de referencia de lo que hoy conocemos como “saxofón clásico”. Pero según los registros discográficos, notas de prensa y la entrevista a Marcel Mule, en los años 20 el saxofón vivía una historia muy diferente.
En 1920 Charlie Parker y Joseph Viola estrenaban sus primeros pañales; Paul Desmond, Jean-Marie Londeix, Stan Getz, John Coltrane, Art Pepper, etc., no habían nacido. En aquel entonces los maestros de lo que se conoce como saxofón clásico aún estaban reuniendo experiencia. Habría que esperar hasta 1935 para que se escribieran los conciertos de Ibert, Glazunov, la sonata de Paul Creston o el Scaramouche de Milhaud, que se escribió en 1937.
Es un hecho histórico, fácil de comprobar, que tanto los saxofonistas de “jazz” como los saxofonistas “clásicos” vivieron, y bebieron, de las músicas populares; tocaron otros instrumentos antes que el saxofón; y recibieron influencias del mundo de las bandas, algo lógico, después de todo el saxofón fue creado para tocar en bandas militares, así que la música de banda es parte de la esencia del saxofón.
Mule trabajó en la banda de la Guardia Republicana, paralelo a eso trabajaba en ópera, ballet, etc. En los años 20 se ganaba la vida tocando diferentes estilos musicales, esas experiencias, como ya lo escucharon en el video, fueron parte de su educación musical, incluso afirma sin rubor: pensaron que era bueno, pero yo solo tocaba como la gente tocaba entonces. Esa gente de entonces al parecer tocaba muy bien, aunque la historia haya silenciado a muchos, para bien o para mal, como suele hacerlo.
Mule tocaba saxofón, eso está fuera de toda duda. Lo que me inquieta es ¿Tocaba saxofón clásico?¿Desde cuándo?¿Qué quiere decir clásico?
Hablemos de la palabra clásico, tiene muchos significados, dependiendo del contexto. Se puede escribir un libro sobre la utilización del término clásico. La Real Academia Española (RAE) ofrece diferentes ejemplos: coches clásicos; música clásica (culta); un traje de corte clásico; actúa con el comportamiento clásico de un profesor; etc.
En nuestra vida cotidiana escuchamos frases como: “ese partido de futbol es un clásico”, “para introducirse en filosofía hay que estudiar a los clásicos” (griegos, romanos), “esa película es un clásico”, “ese chiste es un clásico”… El contexto es muy importante. De ahí que me cause curiosidad aquello de “saxofón clásico”.
El saxofón clásico en términos generales, hasta donde entiendo, hace referencia al estilo cultivado en la academia, la música culta, dicen que a partir de 1942. Sin embargo el estudio del saxofón está vinculado a la academia desde sus inicios, existen diferentes métodos clásicos publicados desde 1846. Y existen maestros de saxofón desde esa época, empezando por Adolphe Sax.
Si clásico es la música que se estudia dentro de la academia ¿Podemos llamar música clásica al jazz y la la música popular? En la época actual el jazz y la música popular también se estudian en la academia, no es ningún secreto que los conservatorios de Europa, Estados Unidos y otros países del mundo ofrecen formación en estos estilos musicales. De hecho la teoría de estas músicas se rige por los mismos principios rítmicos, melódicos y armónicos, la armonía tonal es el sistema óseo de muchas músicas. Entonces ¿Son música clásica? ampliando el espectro encontramos los Clásicos de la Provincia de Carlos Vives; el Rock Clásico; los clásicos del jazz; los Tangos Clásicos; el Flamenco Clásico; la coca-cola clásica, etc.
En lo personal considero saxofonistas clásicos a esos modelos dignos de imitación (definición 3 de la RAE). Rudy Wiedoeft es un clásico entre los clásicos, murió en 1940 dos años antes de que se reabriera la cátedra de saxofón en el Conservatorio de Música de Paris. Charlie Parker me parece por ejemplo un saxofonista clásico ¿Tocaba jazz?, sí, pero es un modelo digno de imitar (como saxofonista). Parker admiraba a Marcel Mule, incluso se conocieron, además estudió libros como el Klosé, uno de los métodos clásicos de saxofón, ya lo comenté en un post anterior. Otro clásico del saxofón es Sidney Bechet; Marcel Mule recibió influencia de los saxofonistas de la época de Sidney Bechet, gracias a esa influencia introdujo el vibrato en su estilo, él mismo lo dice.
Si el pionero del saxofón clásico es Mule como dicen algunos, no él, y su aporte en este estilo empieza en los cuarenta, entonces cómo se llama lo de antes ¿saxofón preclásico? Existe el término “prejazz” para hacer referencia al estilo de saxofonistas como Rudy Wiedoeft en Estados Unidos. Por cierto, se han escrito tesis sobre la Influencia del Jazz dentro del repertorio clásico de Saxofón más representativo del siglo XX. Recordemos también que se puede establecer una conexión en la evolución de los métodos de saxofón del clásico al jazz, en cuya cronología los libros de Marcel Mule están presentes, pero no son publicaciones pioneras en el estilo clásico. En la segunda mitad de 1800 se publicaron métodos y repertorio para saxofón que aún están vigentes.
Etiquetar estilos musicales, ponerles fronteras por países o continentes, tiene sentido en cuanto permite diferenciar tendencias, por épocas y regiones geográficas; permite clasificar obras, intérpretes, compositores, etc. Es muy útil para crear marcos que sirven a la investigación.
Pero etiquetar también puede confundir y entorpecer la evolución del talento musical, que busca por naturaleza la buena música antes que un estilo definido. Sin mencionar que identificarse dogmáticamente con una etiqueta puede conducir a chovinismos que formen “ego-fonistas” en lugar de “saxo-fonistas”.
Los estilos muchas veces sirven de excusa para evitar el estudio de áreas críticas de la formación musical. He conocido saxofonistas que dicen tocar jazz pero no saben leer partituras a primera vista, habilidad necesaria para tocar en conjunto cualquier estilo musical; he conocido saxofonistas clásicos que se resisten a incluir técnicas de improvisación en jazz entre sus recursos, las técnicas de improvisación son necesarias para tocar cadencias, para fortalecerse como intérprete, para componer, para cautivar el público espontáneamente. También he conocido saxofonistas de música popular que descuidan el perfeccionamiento de la técnica, argumentando que ellos tocan de oído, por que la música “se siente”. Ninguna de esas tres actitudes es positiva para madurar musicalmente, si lo que se pretende es llegar a ser un músico profesional.
Ese tipo de pensamiento es comprensible y no debe ser juzgado en las personas que tienen la música como pasatiempo, para sus ratos de esparcimiento, el público general puede permitírselo con libertad. Pero un saxofonista profesional no.
Retomemos. La música no tiene fronteras, analicemos el caso de Stan Getz (1927-1991): nació en Estados Unidos, desarrolló su talento tocando un instrumento francés (el saxofón); su sonido tiene corte clásico (lo apodan “The Sound”); es un maestro de las técnicas de improvisación en el jazz, lo que evidencia dominio de la armonía tonal, tal cual la enseña la academia, la música “clásica”, si prefieren; Getz saltó a la fama mundial cuando introdujo en su repertorio influencias de la música de Brasil; y, sobra decirlo, tenía una técnica impecable, requisito fundamental para tocar cualquier estilo musical correctamente.
Otro ejemplo más universal es Georg Friedrich Händel (1685-1759), un alemán, impregnado del estilo italiano y nacionalizado inglés cuya música trascendió fronteras, siglos, edades y escenarios. Si Handel estuviera vivo nada raro sería que se interesara por las “músicas del mundo”, como llama la academia a las músicas que no pertenecen al canon europeo o al jazz.
Winton Marsalis reconocido trompetista de jazz toca Handel:
Bela Bartok 1881-1945 investigó con pasión las músicas folclóricas de la Europa oriental, es uno de los mayores compositores del siglo XX (Liszt y él son considerados los grandes compositores húngaros). No me quiero desviar del tema, solo que cada vez que observo el legado de un gran maestro, de los que están muertos, veo que no se identificaban con etiquetas y que absorbían lo que les fuera útil de los diferentes estilos con los que tuvieran contacto. Eran músicos sin fronteras.
Es imposible alcanzar la maestría en todos los estilos de saxofón, el que mucho abarca poco aprieta, pero para crecer musicalmente conviene explorar con respeto las diferentes opciones que se nos presenten, sin descalificar ninguna y sin caer en fanatismos. El Arte nos da la libertad de probar de aquí y de allá guiados por nuestro gusto, para que encontremos un estilo que nos permita expresar pensamientos musicales, a partir del conocimiento, de la experimentación y no de prejuicios. Ese estilo evoluciona, se transforma, igual que cada uno de nosotros a lo largo de nuestras vidas.
Marcel Mule exploró diferentes estilos musicales y como consecuencia de eso creó el suyo, lo etiquetaron como “padre del saxofón clásico”. Algo que, si me permiten, me parece una exageración, sería como decir que Piazzola es el padre del tango o que Charlie Parker es el padre del saxofón en el jazz. Si existe un padre del saxofón ese es Adolphe Sax, el que lo inventó, el primer profesor, el que lo introdujo en la academia, el que formó a los primeros saxofonistas, el que lo tocó por primera vez en público. Marcel Mule es una leyenda del saxofón y tiene bien merecida su reputación, al César lo que es del César, pero sin exagerar.
Durante unos años asistí a un conservatorio en Europa a estudiar jazz y música moderna, por los pasillos circulaba una “pregunta clásica”: ¿Eres de clásico o eres de moderno? sinceramente nunca supe como responder a eso. Ese tipo de preguntas crean confusión, crean fronteras en la música, igual que las fronteras entre las naciones, y al final pasa lo que dijo Schopenhauer:
“Todas las naciones se ríen unas de otras, y todas tienen razón”.
Si un día se establecen fronteras entre las distintas escuelas de saxofón tendremos que parafrasear la sentencia de Schopenhauer y decir:
“Todos los saxofonistas se ríen unos de otros y todos tienen razón”
Curiosamente en el jazz también se establecen fronteras ¿Tocas moderno? preguntan por ahí. Pero que absurdo, que preguntas son esas. Un saxofonista debería tener presente en todo momento que es un músico que utiliza su instrumento para expresarse y que tiene la posibilidad de navegar por diferentes estilos musicales según lo requiera la ocasión. Como lo hizo Marcel Mule en su momento. Como lo hace Branford Marsalis en nuestra época, él es una autoridad del saxofón, tocando jazz y tocando clásico, improvisa sus cadencias. Juzguen ustedes mismos esta interpretación:
Se imaginan preguntarle a Branford Marsalis ¿Eres de clásico o de moderno? Y que él responda: toco jazz. Y entonces preguntarle otra vez ¿Clásico o moderno? Se quedaría mirándonos como en la imagen.
Otro ejemplo de la amplitud de miras que caracteriza a las autoridades musicales es Eddie Daniels:
Eddie Daniels es un excelente saxofonista, un clásico del saxofón.





El saxofonista ideal, en mi opinión, podría leer y tocar sin problema cualquiera de los estudios de Cokken, Klosé, Dorsey, Wiedoeft, Mule, Raschèr, etc.; podría interpretar las grandes obras de concierto: Ibert, Glazunov, Creston, Milhaud, etc.; podría interpretar el legado de Parker, Coltrane, Getz; Brecker, etc., podría improvisar cómodamente un solo de jazz o una cadencia clásica; podría disfrutar tocando un merengue, un tango, un pasillo, un bossa nova, una ranchera o un mambo, con todo el rigor de la forma y de la armonía.
El saxofonista ideal, en mi opinión, podría cautivar en cualquier momento a la audiencia, ponerla a bailar, transmitir el poder de la música, como lo hizo Marcel Mule en su época y como lo han hecho todos los grandes maestros del saxofón que han ganado por mérito un lugar en la historia. Ese mérito lo ganaron tocando, no presumiendo que eran de una escuela o de otra; o que lo que decían era así por que se los había enseñado personalmente un maestro famoso; el mérito tampoco se lo ganaron argumentando que el nivel del saxofonista dependía de la marca del saxofón, la caña o la boquilla utilizada ahora o hace 150 años.
Mucho menos se hacen méritos en el saxofón apoyándose en cuestiones políticas, religiosas, o cualquier tipo de ideología. La historia nos muestra que solamente quienes han tocado con maestría, haciendo música con elevados fines estéticos, han logrado un lugar en el selecto y reducido grupo de clásicos del saxofón.
Hay millones de maneras de contar historias, esta es la mía. La comparto con el ánimo de generar reflexión en torno al arte de tocar el saxofón. Es uno de mis puntos de vista, soy consciente, como dijo Descartes, de que los demás también tendrán el suyo y probablemente les guste más. En todo caso considero muy importante conocer la historia de los estilos musicales, para poder tocar con fundamento; para formarse una opinión musical y argumentarla tocando; para poder interpretar la música, no solo ejecutarla.
Cuidado, las palabras pueden tener diferentes significados, uno de los significados de Ejecutar según la RAE es:
Los ejecutantes son muy comunes en el saxofón clásico, en las bandas, en las orquestas, en los conservatorios, etc., según esa definición ¿son verdugos de la música? Es una pregunta, no una afirmación.
Entonces en qué quedamos ¿Tocaba saxofón clásico Marcel Mule?¿Era un ejecutante, un intérprete o un creador?
En el Campus Virtual estudiamos la historia del saxofón, y por ende analizamos estas cuestiones. Si te interesan estos temas las puertas están abiertas.
Aquí te dejo unas cuantas grabaciones de Marcel Mule, un músico que se ganó justamente un lugar privilegiado entre los clásicos del saxofón.










